Es un arbusto de la familia de las Labiadas que puede alcanzar de 15 a 60 cm. de altura habitando en terrenos calcáreos, secos y soleados del sur de Europa, siendo cultivada en dicho continente y también en América. Sus hojas son de color verde grisáceo, estrechas y alargadas. Sus flores son pequeñas, de color azul y dispuestas en una espiga terminal, siendo utilizadas sobre todo las sumidades floridas y las hojas. Existen varias especies de lavanda. Además de la Officinalis o Angustifolia, caben destacar la Lavandula latifolia, muy similar a la anterior , con la que se hibrida dando lugar a numerosas formas intermedias y la Lavandula Stoechas que se caracteriza porque sus flores están agrupadas en un ramillete terminal de sección cuadrangular, siendo su nombre popular cantueso y también cantuesa, estecados, azaya y tomillo borriquero.
Desde muy antiguo, se viene utilizando la lavanda como producto de belleza y de higiene. Durante el Imperio Romano, los patricios y los ciudadanos distinguidos, añadían lavanda al agua de sus suntuosos baños. Su nombre procede del latín lavare (lavar).
A las abejas también les gusta disfrutar del exquisito aroma de la lavanda, y con el néctar de sus flores fabrican una deliciosa miel.
Propiedades e indicaciones
Las sumidades floridas y las hojas de la lavanda, son muy ricas en un aceite esencial volátil de composición muy compleja, formada por diversos alcoholes terpénicos y sus ésteres. El más importante de ellos es el linalol. Esta esencia es la responsable de sus variadas propiedades, que son las siguientes:
Sedante y equilibradora del sistema nervioso central y vegetativo
Se recomienda en casos de nerviosismo, neurastenia, mareos, tendencia a la lipotimia (desmayo), palpitaciones del corazón, y en general, en todos los casos de enfermedades psicosomáticas.
Digestiva
Tiene una acción antiespasmódica y algo carminativa (antiflatulenta) sobre el conducto digestivo, a la vez es facilitadora de la digestión. Debido a que la esencia tiene también efecto antiséptico, da muy buenos resultados en caso de colitis (inflamación del intestino grueso), especialmente cuando hay fermentación pútrida con descomposición de las heces y gases muy malolientes.
Antirreumática y antiinflamatoria
Aplicada externamente, el agua, el aceite o la esencia de lavanda son muy efectivas para calmar los dolores reumáticos, ya sean de origen articular o muscular: dolores artrósicos de cuello o de espalda, artritis gotosa, tortícolis, lumbagos, ciáticas, etcétera. Resultan asimismo de gran utilidad después de luxaciones, esguinces, contusiones y distensiones musculares (tirones y agujetas).
Antiséptica y cicatrizante
La infusión de lavanda se emplea para lavar úlceras y heridas infectadas, que ayuda a que curen rápidamente. El aceite de lavanda alivia el dolor en las quemaduras leves (de primer grado) y desinflama las picaduras de insectos.
Relajante y defatigante
Después de largas marchas, de realizar intenso ejercicio físico, o cuando se siente agotamiento, un baño caliente con agua o esencia de lavanda ayuda a activar la circulación y a eliminar la sensación de fatiga. Se obtiene un mayor efecto, si el baño va seguido por unas fricciones con un paño de lana empapado en agua, aceite o esencia de lavanda.
Sedante
El Simple hecho de aspirar el aroma de la lavanda ejerce una suave pero efectiva acción sedante sobre el sistema nervioso central. Es muy recomendable para los niños hiperactivos o que duermen mal. En este caso, resulta muy efectivo colocar unas gotas de esencia de lavanda en la almohada de la cama o en un pañuelo próximo a la cara.
Balsámica
La esencia se emplea en inhalaciones o vahos para acelerar la curación de laringitis, traqueítis, bronquitis, catarros bronquiales y resfriados.
Precauciones
La esencia de lavanda en uso interno se debe usar con mucha precaución debido a que en dosis altas puede producir nerviosismo e incluso convulsiones.
Sinonimia hispánica
Lavándula hembra, espliego, espigolina, alhucema.
Desde muy antiguo, se viene utilizando la lavanda como producto de belleza y de higiene. Durante el Imperio Romano, los patricios y los ciudadanos distinguidos, añadían lavanda al agua de sus suntuosos baños. Su nombre procede del latín lavare (lavar).
A las abejas también les gusta disfrutar del exquisito aroma de la lavanda, y con el néctar de sus flores fabrican una deliciosa miel.
Propiedades e indicaciones
Las sumidades floridas y las hojas de la lavanda, son muy ricas en un aceite esencial volátil de composición muy compleja, formada por diversos alcoholes terpénicos y sus ésteres. El más importante de ellos es el linalol. Esta esencia es la responsable de sus variadas propiedades, que son las siguientes:
Sedante y equilibradora del sistema nervioso central y vegetativo
Se recomienda en casos de nerviosismo, neurastenia, mareos, tendencia a la lipotimia (desmayo), palpitaciones del corazón, y en general, en todos los casos de enfermedades psicosomáticas.
Digestiva
Tiene una acción antiespasmódica y algo carminativa (antiflatulenta) sobre el conducto digestivo, a la vez es facilitadora de la digestión. Debido a que la esencia tiene también efecto antiséptico, da muy buenos resultados en caso de colitis (inflamación del intestino grueso), especialmente cuando hay fermentación pútrida con descomposición de las heces y gases muy malolientes.
Antirreumática y antiinflamatoria
Aplicada externamente, el agua, el aceite o la esencia de lavanda son muy efectivas para calmar los dolores reumáticos, ya sean de origen articular o muscular: dolores artrósicos de cuello o de espalda, artritis gotosa, tortícolis, lumbagos, ciáticas, etcétera. Resultan asimismo de gran utilidad después de luxaciones, esguinces, contusiones y distensiones musculares (tirones y agujetas).
Antiséptica y cicatrizante
La infusión de lavanda se emplea para lavar úlceras y heridas infectadas, que ayuda a que curen rápidamente. El aceite de lavanda alivia el dolor en las quemaduras leves (de primer grado) y desinflama las picaduras de insectos.
Relajante y defatigante
Después de largas marchas, de realizar intenso ejercicio físico, o cuando se siente agotamiento, un baño caliente con agua o esencia de lavanda ayuda a activar la circulación y a eliminar la sensación de fatiga. Se obtiene un mayor efecto, si el baño va seguido por unas fricciones con un paño de lana empapado en agua, aceite o esencia de lavanda.
Sedante
El Simple hecho de aspirar el aroma de la lavanda ejerce una suave pero efectiva acción sedante sobre el sistema nervioso central. Es muy recomendable para los niños hiperactivos o que duermen mal. En este caso, resulta muy efectivo colocar unas gotas de esencia de lavanda en la almohada de la cama o en un pañuelo próximo a la cara.
Balsámica
La esencia se emplea en inhalaciones o vahos para acelerar la curación de laringitis, traqueítis, bronquitis, catarros bronquiales y resfriados.
Precauciones
La esencia de lavanda en uso interno se debe usar con mucha precaución debido a que en dosis altas puede producir nerviosismo e incluso convulsiones.
Sinonimia hispánica
Lavándula hembra, espliego, espigolina, alhucema.
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