La esencia de haya nos ayuda a desarrollar una mayor tolerancia y generosidad. Nos enseña a observar nuestros errores y a no limitarnos a criticar a los demás.
Efecto de la esencia sobre el cuerpo
La carencia de haya se puede manifestar en forma de entumecimiento en diferentes zonas del cuerpo. Se agudiza la sensibilidad a los ruidos y con ella, problemas como la expresión de la intolerancia. La esencia de haya estimula el proceso de autocuración en el nivel energético liberándonos de fuerzas pesadas, el ansia de crítica, prejuicios, la pedantería, etc. Así, llegamos a un estado nuevo de armonía y generosidad que tiene una repercusión positiva sobre nuestro organismo.
Efecto de la esencia sobre el ánimo
La esencia de haya se puede recomendar cuando la sensación de estupefacción acompañada de rabia, furia e irritabilidad hacen de la vida un amargo camino. Con ella aprenderemos a liberarnos de la vida agarrotada. Se nos hace más fácil recibir a los demás y aceptar su opinión. Nos desharemos del afán de crítica, la pedantería y la intransigencia al tiempo que desarrollaremos una mayor comprensión para con nosotros mismos y los demás. Así, nace una disposición de ánimo libre de ataduras que nos lanza a la plenitud del cuerpo, el ánimo y el alma.
Efecto de la esencia sobre la mente
Cuando en nuestro ánimo se hayan afianzado la intolerancia y la seriedad, la esencia de haya transmitirá una vibración liberadora. Reconocemos conductas rígidas con un origen profundo o conflictos que quizás derivan de desengaños, humillaciones, sentimientos de odio, carencia de autoestima o exasperación. Con esta esencia se puede desconchar la capa rígida y compresora y dejar al descubierto una nueva forma de pensar más generosa. Si mantenemos una comunicación mejor y más abierta con las demás personas, se nos abrirán nuevos caminos.
Efecto de la esencia sobre el espíritu
Mediante la unión con el Yo más elevado, esta esencia nos proporciona comprensión, tolerancia, discernimiento y juicio.
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